Determinación del momento óptimo para la recolección del olivo
En Hacienda Alzacola nos preocupa en gran medida saber cuando es el momento ideal para recolectar el fruto con tal de sacar el mejor aceite. En el cultivo del olivo la recolección tiene una gran importancia y requiere especial cuidado para no dañar ni el fruto ni el árbol. El Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera y de la Producción Ecológica (IFAPA) publicó un trabajo de investigación al respecto y en este blog lo revisaremos rápidamente para llegar a las conclusiones que más puedan beneficiar y ayudar a todo aquél interesado.
La mayoría de productores recolectan entre enero y febrero. Sin embargo, existen estudios como estos que demuestran que la recolección debería realizarse preferiblemente antes de finales de diciembre con tal de obtener la máxima calidad sin por ello tener que mermar significativamente la cosecha del aceite.
Los criterios más conocidos para determinar el momento óptimo de recolección son: el índice de madurez de la aceituna; el rendimiento graso, tanto en fresco como en seco; la curva de acumulación de aceite y; la composición del aceite mismo.
Con este estudio concluimos que medir secuencialmente el rendimiento graso en fruto seco es finalmente el criterio más conveniente para determinar el momento óptimo de recolección del olivo, pese que la curva de acumulación de aceite también nos permite determinar cuándo se alcanza la máxima cantidad en el fruto, y por tanto indicándonos al igual el momento óptimo para la recolección.
Si que hay que tener en cuenta que no es recomendable el método del índice de madurez como criterio para determinar esto mismo por haber presentado inconsistencias a lo largo de los años en diversas localidades y variedades de olivos.
Se ha comprobado que a mediados de noviembre la mayoría de variedades en diferentes localidades han alcanzado su máxima acumulación de aceite en fruto para esta fecha y, por lo tanto, el valor del rendimiento graso en seco no suele aumentar apenas tras ella. Es por esto mismo que cada vez es más recomendable la recolección temprana, teniendo siempre en cuenta previamente que se haya alcanzado casi la totalidad de aceite producido en fruto para conseguir la mayor cantidad posible de fenoles y pudiendo así evitar cualquier tipo de riesgo medioambiental típico de los meses más fríos, además de permitir al árbol descansar apropiadamente para el próximo año.
A sabiendas de que estos criterios habrán de adaptarse a las condiciones particulares de cada finca y a los vaivenes climáticos del calentamiento global y otras posibles variables que influyan en nuestros cultivos, es una buena guía para saber cuándo recolectar los olivos consiguiendo las máxima calidad de los frutos y el mayor rendimiento de la cosecha de nuestro tan apreciado aceite de oliven virgen extra.